jueves, 23 de diciembre de 2010

El bobocho encuestador.

Sí, sí. Algún día tenía que volver.

Sucede que no había mucho que contar y quizás tenga la maldad un tanto aletargada.

Quiero contarles que estuve muy ocupada haciendo cursos de manualidades en miga de pan, origami con papel de cuete y cultivo de perejil en maceta.

Tampoco esperen que vuelva con bombos y platillos. Es una vuelta tranqui, de a poco, sin mucha alharaca. Con muchísima modorra.

Con ustedes, uno de los últimos posteos del año…


El bobocho de las encuestas

El bobocho es un pobre personaje urbano que tiene como patético modo de vida hacerte creer que es un inocente encuestador, cuando en realidad, es un instrumento demoníaco (para captar víctimas/posibles clientes) del instituto de computación “La Gadorcha informática” .

Una vez que el bobocho te intercepta y caés en su trampa, vas a ser damnificado con un deleznable acoso telefónico.

Porqué digo esto? Qué hace Bobocho?

Bobocho te ataca mientras vas caminando desprevenido por la calle. Aparece debajo de una piedra, de adentro de una alcantarilla cual tortuga ninja o se descuelga de un poste de luz y te mira con cara de perro atropellado, preguntándote si querés colaborar con una encuesta educativa muy importante, que va a salvar la vida de miles de niños somalíes desnutridos que bla bla bla y la mar en coche.

En realidad no sé bien qué es lo que dice, pero te termina convenciendo…

En el cuestionario pregunta sobre tu manejo de herramientas web y una sarta de pavadas más.

Bobocho no sólo no sabe leer, sino que también acentúa mal las palabras y se traba de una manera tal, que parece que estuviera hablando en swahili – gangoso.

En definitiva a Bobocho no le importa si le entendés o no; lo único que él quiere es llegar a la instancia final de la encuesta, que es en donde te pide el teléfono.

Una vez que se lo das, firmás tu sentencia de muerte.

Durante la semana, vas a ser víctima del acoso telefónico más horrible que te puedas imaginar. Te llaman desde 5 o 6 teléfonos distintos, todos de parte del instituto “La Gadorcha”; informándote sobre las múltiples posibilidades de pago que tenés en sus cursos de dominación de mouse para principiantes, computación para pelotudos 1 , 2 y 3, uso de Windows 95 y Súper Mario Bross para Family Game. Además ofrecen becas. Ellos son tan buenos que te ayudan con el 0.0001 % de la cuota.

Cuando te cansás de agradecerles y mandarlos a la madre que los parió y con el celular casi derretido de tanto sonar, el ciclo termina hasta que bobocho ataca con una nueva modalidad de hostigamiento…

Toca el timbre de tu casa y dice que está repartiendo correspondencia de la municipalidad.

Una vez que entrega el sobre cerrado, te pide una firma y un teléfono.

Cuando abrís el sobre, lo que sospechás se hace realidad.

SORPRESA! La Gadorcha informática te acaba de cagar de nuevo!

Si pusiste bien el teléfono, preparate!

Esa vez, vaya a saber por qué, puse un teléfono equivocado, así que zafé; pero la bronca por haber caído nuevamente en la trampa de Bobocho me perturbaba.

Juré tomar venganza contra ese nabo a pedal. Y la vida me dio la oportunidad para hacerlo.

Una mañana mientras iba desprevenida con mi MP3 a todo volumen, Bobocho me abordó en una esquina.

Sorprendida porque no me había reconocido, me presté de mil amores a hacer la encuesta poniéndome en modo estúpida. Ante cada pregunta me hacía la sorda, pidiéndole que la repitiera, o fingía no entender exigiéndole que me explicara hasta el hartazgo.

Por dentro gozaba. Quería dilatar ese momento haciéndole perder tiempo hasta la parte en la que el loser me pidiera el teléfono.

Después de sacarlo de sus casillas con mis vueltas para contestar, el inútil llegó a la parte de rigor.

Iluso!

- Bueno, ahora una firmita acá, y acá un teléfono, por favor.

-Ah, no! No me lo acuerdo! Ni idea! Si querés te doy cualquiera, total ya sabés lo que opino del mundo web.

-Pero necesito el teléfono para que controlen que hago bien mi trabajo

-Ahh pero dame el teléfono vos y yo llamo y digo que lo hiciste genial.

-No, no entendés, necesito un teléfono, no me sirve sino.

-Cómo que no te sirve? Si te contesté toda la encuesta “educativa”!

- Es que nos piden eso, como control.

-Ahh a ver creo que me lo acordé. Anotá… 154… No, no, pará… 155… O era 156?? Ay, pará!

Bobocho borraba, escribía, borraba y volvía a borrar con su gomita…

-No, discúlpame pero no me acuerdo. Bah, no te lo pienso dar, y si te lo doy va a ser inventado, así que es al pedo. Lo lamento.

-Pero es un teléfono nada más.

-Es un teléfono personal, para llamadas personales. No para que jodan de ese instituto pedorro.

La vena en el cuello de Bobocho estaba a punto de estallar.

-Pero.. pero...

-Bueno. Chau entonces. Te dejo porque estoy muy ocupada y tengo que ir a salvar al planeta…

La cara se le transformó, se puso de todos los colores. Había odio en sus ojos. Se fue refunfuñando por lo bajo, totalmente derrotado, con su gomita gastada y su lapicito sin punta.

Por dentro yo me reía, bailaba malambo y tenía un orgasmo en el ego.

Sí bobocho, te hice perder tiempo, te deliré y me mofé de vos. Así como vos lo hiciste en otras oportunidades conmigo, ese día me tocó a mí.

Igual… Si pensaban que Bobocho iba a dejar de atacar, se equivocan.

Unos meses después de ese episodio me interceptó en la calle dos veces más.

Yo no sé si no se da cuenta, es ciego o pelotudo. O definitivamente me tiene de punto.

Lo mandé a mudar en ambas oportunidades, al grito de…

-No te acordás de mí? Ya me jodiste con esa encuesta 20 veces, volá volá, no te voy a dar el teléfono así que es al reverendo gassss.


Ay Bobocho! Si al menos estuvieras bueno… daría gusto dejarse engañar por tus tácticas pedorras.

Odio a los telemarketers, odio a las promotoras y ahora también odio a los Bobochos encuestadores.

Vayan con cuidado, siempre hay un Bobocho/a a la vuelta de la esquina, sediento de sus números telefónicos.

sábado, 30 de octubre de 2010

Las locas vacaciones FINAL

Episodio 4

Las vueltas de la vida

(Nunca fueron buenas)


Habíamos abandonado el camping sin plata ni comida y dependíamos de un tipo con el que habíamos arreglado “de palabra” el día anterior que nos pasara a buscar por la terminal.

Ahí estábamos, paraditos los tres a la hora fijada, esperando tras una pila de bolsos.Obviamente el viejo senil nunca llegó. Ni a la hora fijada, ni al lugar acordado. Después de haberlo llamado 2 veces más a su celular; resultó que el forro nos había pasado a buscar por el camping y para colmo nos acusaba de haberlo retrasado.

Viejo infeliz! Tres veces habíamos acordado el lugar, incluso ese mismo día habíamos llamado para confirmar por dónde tenía que recogernos.

Para variar, el clima no ayudaba.

Bueno la verdad, era verano, cuatro de la tarde… Qué mierda pretendíamos? Que el día fuera agradable? Que nos acariciara una suave brisa marina bajo un sol amigable? Naaaah, tampoco me voy a quejar de lleno por unos pedorros 55 grados a la sombra.

Cuando una hora después el viejo sotreta se dignó a aparecer, subimos al vehículo muy poco convencidos, pero desesperados. Cualquier cosa era mejor que seguir soportando ese suplicio climático.


El panorama al ingresar ?

Diviiino!


Niños? Al menos 3. Pequeños, malcriados. Tan pero tan niños que daban ganas de
aniquilarlos uno a uno.


Viejas? Al menos 4, directamente llegadas desde el antiguo Egipto, compañeras de secundario de Amenofis, Akenaton y Tutankamon. Todos los años todos. Cargadas con 3 millones de bártulos playeros.




Bebés? Uno! Entrenando duro para el concurso AMERICAN CRYING BABY IDOL!



Completaban el panorama unas 6 ó 7 personas más ; todos con cara de culo mirándonos de reojo.

En fin... Había que volver como fuera. A esa altura poco y nada nos importaba el ánimo popular.

E y G se durmieron casi al instante; yo no pude, sobre todo cuando el cruel conductor decidió frizarnos poniendo el aire acondicionado en un nivel próximo al de una cámara frigorífica.

“Se trabó el aire, no lo puedo bajar”, dijo el conductor, después de algunas quejas de las viejas, a las que se les iba a "tomar el pechito".

Al principio cuando subimos ahogados de calor, casi muertos, fue un aliciente importante, pero después , cuando ya no sentís los dedos de los pies, no es gracioso.


De repente, la noticia que faltaba : “NO hay gasoil en Las Grutas; vamos hasta San Antonio. Si no hay ahí, se van a tener que bajar. No podemos seguir”.

Perdón? El viejo nos estaba diciendo que en cualquier momento, de tanta voltereta íbamos a quedar varados en medio de la meseta desprotegidos, cazando piches para sobrevivir ?

Eh?

Acaso mi plata no vale? Ponete a perforar en la orilla y sacá petróleo de donde sea, yo quiero volver!

Por si no la conocen esto es la meseta, la nada misma.


Llevame a upa viejo infeliz! Hace 2 días que no me baño, dos noches en las que no duermo, dos días de ayuno, tengo arena hasta en el alma (por no decir en el totó), 2 pesos en el bolsillo.

Odio el verano, odio el mar, odio el sol y odio tu puta Trafic congelada!

En medio de situaciones límite, me pongo delirante, violenta y se me va la lady al carajo.


A continuación, una hora y pico de interminables vueltas para conseguir el derivado hidrocarburífero con muy poco éxito y con una sensación térmica próxima a la Base Marambio en invierno, a la intemperie y en patas.

Para amenizar el viajecito, Viejo senil hizo alarde de su Trafic tuneada y sacó de la galera una pantalla LCD donde comenzó a verse Avatar. Al menos no era el hijo de la Máscara, o una de Olmedo y Porcel. Punto a favor para el jovato.

Igualmente entre el frío, los niños que gritaban y el sueño que comenzaba a ganarme por goleada, mi cabeza mezclaba partes de la película, con partes en las que me dormía y perdía el hilo del filme.

Vení que te hago tratamiento de conducto papu.


Resultado? No entendí nada, obvio. Y como Murphy está presente en cada uno de los instantes de mi vida, una vez que comencé a captar la onda de la película y promediando el ansiado final, el señor que decidía sobre nuestra vida, muerte y destino decidió hacer una parada evacuatoria de vejigas.

Cuando regresamos al vehículo esperando el final feliz, enorme fue la sorpresa general, cuando en lugar de Avatar, comenzó un pedorrísimo filme asiático de artes marciales clase B , protagonizado por algún que otro yanqui haciendo el papel del héroe, que se enamora de la japonesita/coreanita/chinita heroína.

Malísimos efectos, malísimas actuaciones, malísima la trama. Malísimo todo.

Y el final de Avatar? Bien, gracias.

Estupor generalizado.

Las cuatro viejas prehistóricas comenzaron a mirarse entre ellas y con guiños, miradas cómplices y murmullos intentaron conseguir apoyo popular para decirle al conductor que pusiera el final de la película . Por supuesto nadie se sumó a la propuesta geronte, que continuó 20 minutos más con un cotorreo insoportable. Finalmente se acallaron las voces de protesta. Quizás los chinos las cautivaron, quizás les había hecho efecto el sedante de yeguas, quizás habían fenecido producto del efecto de la baja temperatura en sus débiles organismos baqueteados por el paso de los años.

Silencio total.

Voy a aprovechar que quedan dos horas hasta llegar a destino para dormir un rato, pensé.

Si en ese momento buscaban la palabra ILUSA en el diccionario, aparecía una foto de mi cara, ilustrando el término.

Ahí fue cuando entró en escena un personaje que hasta ese momento la venía jugando de callado, esperando agazapado para atacar en el momento indicado, calentando la garganta con susgárgaras de leche materna para tomar energía vital cagadora de paciencia ajena.

Sí. Directamente llegado desde la concha de su madre, hizo su aparición estelar El BEBÉ.

Fuerte ese aplauso por favor!

Luego de actuar en las Vegas, Cosquín y el festival de la chaucha y el poroto, EL BEBÉ se había despertado para el deleite auditivo de grandes y chicos.

Un llanto insoportable que incesantemente amenizó la última hora de viaje.

Y como entre gente pequeña hay códigos, el llanto del pequeñín, activó los conchu-radares de los niños más grandes que hasta ese momento venían comportándose no tan mal.

Entonces sí, a falta de uno, cuatro. Cuatro criaturas entre 0 y 10 años en una vorágine de gritos, llanto, cánticos, peleas y correteadas entre los asientos, para que el viaje termine bien (pero bien) ARRIBA.

(Arriba de un ovario tenía montados a todos)

Cuando llegamos, después de habernos fumado la repartija CASA POR CASA de la totalidad de los ocupantes de la Trafic , resultó que don viejo inútil, ensañado con nosotros, intentó dejarnos a unas cuadras, en vez de depositarnos a upa en la puerta.

Como nos pusimos firmes y no logró su cometido de viejo pajero, bajó nuestros cachivaches de mala gana, rompiendo las caracolas juntadas con tanta pasión en nuestra recorrida playera.

Viejo choto. Ojalá que se te emperne una manada de guanacos asesinos.

En fin. Aquí termina el relato de este viaje relámpago accidentado .

A pesar de las quejas , no me arrepiento. Fueron unas mini vacaciones inolvidables que espero se repitan, aunque suene sumamente masoquista.


E y G gracias por acompañarme en esa aventura, los quiero.

HASTA LA PRÓXIMA MIS CHIQUITINES!



sábado, 2 de octubre de 2010

Las locas vacaciones... Segunda parte.



Episodio 3

Ese loco, loco recital.

Una vez que degustamos los sándwiches improvisados, decidimos justificar los kilómetros recorridos (en un estado de tortura mental absoluta por los ronquidos del gordito) yendo a la playa.

Ir a las Grutas y no tocar el mar, no es negocio.

Retiro lo dicho.

Apenas llegamos a la playa divisé algo que no me gustó: GENTE


Los pongo en situación?

40 grados a la sombra, pleno mediodía, la marea subiendo,poca playa para caminar...

Odio el mar!

BAH! Con el mar todo bien, lo que no me banco es ir a veranear a un lugar en donde te cruzas con la misma gente que ves todo el año pero concentrada y hacinada estilo hormiguero

Es algo que me pega mal.

Por ejemplo tener que bancarse, al lado de tu sombrillita, al verdulero de la esquina pero en zunga, mostrándote las nalgas con todo desparpajo.

Junto a él la mujer, los 5 hijos, el perro, le heladera portátil, la suegra y 4 cuñados con sus respectivos hijos.

En conclusión quichicientos pendejitos tirando arena para todos lados, enmilanesándote el culo que con tanto esmero embadurnaste con bronceador para intentar conseguir un bonito color rojo borgoña.

Ni hablemos de los 4 millones de vendedores ambulantes que cantan en una armonía del terror, cada cual defendiendo su producto.

CHURRRRROOOOSSSSSSSHELAADOOOOHELADOOOOOOHAYCHURRRRRRRRROOOOOOSS!!!!

Ah! Me olvidaba de los acosadores de los paseos en “Banana”!

Cuando pasás por al lado de estos (AGHHH) promotores, por poco no te pegan un palazo en la cabeza y te suben de prepo a la dichosa banana, que se presta a todos los chistes con doble sentido habidos y por haber.

HAY-CHURRRO-HELADOOOO-PASEOENBABANANAAAAAAAAA-CHURRRRO-HELADOOOOO-BANANAAAA!!!

No se olviden de la infaltable FOTO EN LA BANANA !!!!

Sí. También curran sacando fotos.

HAYCHURRRRROSSSS-PASEOENBANANA-FOTOENLABANANA-HELADOOOOO-CHURRRROSS!!!

Y si como si eso fuera poco se suma a este coro de hijos de putas cantores el séquito de viejas al pedo que toman clases de aerobics playero, con la música a todo volumen, cuestión que los que están en Las Toninas en ese momento haciendo una grasada similar las escuchen fuerte y claro desde allí.


Qué mente en su sano juicio puede estar saltando con el sol achicharrándole el cerebro, siguiendo las órdenes de un boludo con una bandana en la cabeza ? Eh?

Aparte, esa cara de : "qué bien la estoy pasando carajo!" es de placer real, o pagaron por ella y no les queda otra que esbozarla?

Quién puede divertirse haciendo eso?

Lo mínimo que van a conseguir moviendo el orto al ritmo del punchi punchi en pleno mediodía es una insolación que las va a dejar cuasi lobotomizadas intentando juntar pulpitos en el desagote de alguna cloaca.

Manga de oligofrénicas!


En fin...

Después de mucho caminar esquivando espécimenes playeros, empezamos a notar que la marea humana iba desapareciendo lentamente...

Al fin un poco de tranquilidad! Divisamos playas desiertas!

La alegría duró poco.

La playa Mala Leche friendly estaba llena de algas podridas y caca de caballo.

Destilaban tanto olor que huimos despavoridos en medio de alguuuna que otra arcada.

En pleno regreso al camping E. y G. en un rapto de valentía y desafiando el sol de las 2 de la tarde; decidieron ir a conocer el puerto de San Antonio, ciudad vecina a Las Grutas.

A mí no me llevaban ni con la orden de un juez, así que decidí ir a descansar un poco.

Igualmente, dormir en el piso y sin almohada para recuperar energías no es tan buena idea.

De todas maneras, el sueño pudo más y apenas apoyé mi cuerpo en el suelo fenecí rendida en los brazos de Morfeo.

Cuando desperté no sabía dónde estaba. La carpa se había transformado en un sauna.

Después del cuarto "TRAC" articular intentando enderezarme y temiendo haber quedado cuadripléjica por la siesta al estilo faquir, comencé a prepararme para el recital, haciendo malabares en esa carpa de 2x2 , con ínfima iluminación.

Ni pregunten cómo quedé. Obviamente impresentable.

Cuando había terminado de emperifollarme, llegaron desde San Antonio E y G bastante entrados en copas .

Como mi sobriedad apestaba, y para estar a tono con ellos; decidimos preparar unos cocktails de vodka con jugo de naranja para amenizar esa tarde noche marítima.

En el afán por trasvasar el brebaje de un recipiente a otro , una mala maniobra hizo que se volcara parte del contenido dentro de la carpa, empapando nuestras pertenencias.


Una vez que limpiamos el lago de vodka que había dentro de nuestra morada y habiendo tomado gran parte del brebaje, incité a la comitiva a dirigirnos al lugar del espectáculo, aún cuando faltaban 3 horas para el inicio del mismo.

Yo quería ser la primera en llegar, la que estuviera a centímetros del escenario, sin que las 200.000 personas que yo pensaba que iban a ir, me sacaran ese privilegio.

El alcohol había hecho estragos en mí, estaba bastante mareada y envalentonada.

Podríamos decir que estaba exacerbada en mis cualidades.

Estaba un 90 por ciento más pelotuda, un 67 por ciento más despistada y un 95.6 por ciento más desubicada.

Al llegar al lugar, ni el loro.



Dónde estaban todos? Las banderas? El descontrol?


Jodeme que no era acá el recital.

Jodeme que no era la fecha.

Yo, caprichosa, quede cual estatua en la puerta mientras que E y G me dejaron abandonada para ir a comprar comida.

El tiempo pasaba y los boludos no volvían. Se acercaba la hora y los únicos presentes eran 3 hippies drogados que hablaban de un tal pelado Cabrera y yo.


Cabrera? Quién era Cabrera?

Me había confundido de recital?

Estaba sentadita muerta de frío cuando un chico de la organización me invitó a pasar y a ponerme cómoda.

Qué onda? Iban a tocar para mi sola?

Cuando estaba por entrar, se sumó una familia. Una de las hijas era no vidente.

Como estaba sola y ebria me fui a sentar con ellos a unas gradas.

En mi afán por entablar conversación con algún ser humano, empecé a darle charla a la cieguita.

Lo único que respondía ante cada pregunta mía era RUFUFUFUFFUFUFFUFUFFUFUFUFRUTUTUTUT RUGUFUFUFFUF riéndose y tirándose para atrás y para adelante.

Yo, que estaba re mamada seguía insistiendo.

-A vos cuál te gusta??

A vos CUÁL TE GUSTA???? Le estaba preguntando a la ciega, que encima no tenía todas las luces y estaba vergonzosa.

En ese momento hubiera querido que me mataran y tiraran mi cadáver a los lobos marinos.

-Esteeem… A vos cuál te gusta como cantante? Intenté arreglarla…

-El pelado Cabrera Rufufufufuffufuffufufuffuffuufffffffffffffffffffff!

Sonamos , otra más que jode con Cabrera. Además el pelado (CORDERA) no estaba en la banda.

La vieja me hacía señas para que le siguiera la corriente. Me contó que la habían llevado engañada diciéndole que iba a ver (ESCUCHAR) a Bersuit y a su querido pelado Cabrera, para no romperle la ilusión.

Me sentí una estafadora .

En el súmmum de la conversación -que no iba ni para atrás ni para adelante- con la ciega rufufufeadora, se sentó a mi lado un chico de unos 20 años.

De tanto que miraba no me quedó otra que decirle hola.

-Hola, tenés algo que ver con la banda vos? -Me dice- Porque te vi ahí afuera y pensé que eras la representante o algo así.

-Eh? No! Convídame con lo que te drogás que te está pegando de diez. Yo soy una simple espectadora.

Representante? Es como preguntarle a una mina que limpia los vidrios en CARREFOUR si es la hija del dueño.

-Ah, yo vine a dedo, me robaron la guita, los documentos, TODO. Pude entrar porque me hice amigo de los pibes de seguridad. Soy de Neuquén. No tengo un mango, me robaron hasta la ropa.

-Uh, que garrón! (No me vengas con golpes bajos a mí, te falta el violín de fondo y que se te caiga una lágrima y ya casi casi me convencés) De qué parte de Neuquén sos?

-No, no importa, de Neuquén , no importa el barrio. No te lo puedo decir porque vas a pensar que soy un chorro, un negro cabeza y yo te veo así re chica bien. Qué lindo pelo que tenés!

(Agarrate Catalina! Eso es sinceridad! Un chamuyero depresivo y con la autoestima por el piso. Igual no te preocupes, lo de chorro lo había pensado hace rato, no hacía falta que me dijeras el barrio)

Iba a decirle que la droga le había pegado para el carajo pero elegí reírme festejándole la “humorada”

-Uf, sí. El aire del mar me pega divino en la cabellera.

Cuestión que el pibito en un momento me cuenta que venía a ver a Bersuit, que quería ver al pelado Cabrera, que estaba re emocionado por la banda y la mar en coche…

La cara de desesperación que puso al enterarse que Bersuit se había separado y no iba a tocar fue antológica.

Igual, me quedó picando algo.

Otra vez Cabrera? Era la tercera persona que nombraba a Cabrera y no a Cordera.

Che! Si vine al recital de Cabrera y los de Fuego avisen que me vuelvo a la carpa a dormir!


Pintaba fracaso total todo eso.

Un chorro piropeador, la ciega que pensaba que estábamos en la bombonera por ver a un pelado Cabrera que no se sabía quién era, la familia de la ciega ,engañadadores de cabotaje, el de organización que me dejó entrar, los 3 hippies drogados que también querían a Cabrera, y yo.


Joda loca! Aguante Cabrera!

Por fortuna, en ese momento de debilidad emocional llegaron mis secuaces junto con una multitud de 20 personas más para hacer pogo en el recital como unos campeones.

Y cómo estuvo??

Después de 3 horas de escuchar a 30 bandas soporte, puedo decir que me gustó, que me canté todo, que éramos 50 personas como mucho y que sólo dos o tres sabíamos las letras.


Pero lo importante fue que cumplí con mi objetivo.

Ah! Sobre el final sufrí un traumatismo de cráneo cuando el baterista tiró los palillos al público y no tuvieron mejor destino que mi cabeza. A continuación una horda de infradotados cayó sobre mi esbelto cuerpo en su afán por conseguir los preciados (?) palillos.

Conclusión : Un dedo del pie mocho, un chichón y un dolor de cintura inigualable.

Regresamos hechos mierda al camping. Una delegación de PAMI en pinta.

Todavía faltaba una noche de puta madre, durmiendo apretados en el desnivel de nuestra carpita, con las bolsas de dormir destilando vodka, y un despertar prematuro con el canto de las cotorras, loros o no sé qué pajarraco del demonio en SONIDO SURROUND.

En el próximo y último capítulo:

Episodio 4 : Las vueltas de la vida (Nunca fueron buenas)


PD: Ni en pedo me llaman de la Secretaría de Turismo para promocionar Río Negro no?

viernes, 17 de septiembre de 2010

Las locas vacaciones de Mala Pe y cía.


Bueno, si pensaron que me olvidé de ustedes y en la puta vida iba a bloggear algo más, se equivocan.

Estoy en una nebulosa de mala leche que me turba bastante y me aleja del teclado y la escritura.

Peeero buceando en el arcón de mis recuerdos, llegué a un lugar no tan lejano en el tiempo.

Sí. A continuación van a saber qué hice el verano pasado. Enero de 2010.

El viaje más improvisado y disparatado de mi vida. Todo por amor.

Sí, por amor a una banda con la que me encapriché como niña de 5 años.

Resulta que Bersuit Vergarabat un buen día decidió separarse y algunos de sus integrantes conformaron De Bueyes.

Sí sí... esos que cantan un tema que tiene una letra muuuy profunda que dice "No quiero que seamos dos, prefiero que seamos tres, porque cuando somos dos yo me aburro".

(Por si no los conocen, ahí les va el corte difusión de su primer disco: De Bueyes, más que una yunta.)





Cuestión que iban a tocar en el balneario rionegrino de las Grutas.

Era la mía, cumplir mi capricho de verlos en vivo.
24 horas en el mar sólo para ver a la banda y volver. Si eso no es amor, el amor dónde está? EH?

No fui groupie de chica, me propuse serlo de grande.

Como tengo un hermano y un amigo de fierro (a partir de ahora G y E), que decidieron sumarse a mi locura, partimos los tres una madrugada, sin nada planeado, con lo puesto, una carpa, dos paquetes de galletitas, una lata de atún, alcohol a mares y viendo dónde nos llevaba el viento.

Y el viento se ensaño y nos jugó las mil y una pasadas, Murphy mediante.

He aquí la crónica de un viaje desopilante.



Episodio uno
Oid mortales el monstruo sagrado

El colectivo más pedorro que podría habernos tocado, con los ocupantes más impresentables del mundo estaba allí, esperándonos, llamándonos a ingresar en sus entrañas para vivir las 6 horas más desagradables de nuestras vidas.

Ya de entrada el tufo era insostenible.

Un olor a... humano... insoportable.

El aire no se respiraba, había que agarrarlo con cuchara y tragarlo.

Horror!

Y para variar, creo haberles dicho que los bebés y niños son el enemigo en los transportes, no?

Olvidé decirles que los púberes/adolescentes también lo son.

Lo único que escuché durante la primera hora de viaje fueron múltiples "anécdotas sexuales" de dos adoradores de la santa paja, que a viva voz defenestraban a Fulanita y Menganita por ser las más putas del barrio.

Jelouuu! Date cuenta que no tengo ganas de escuchar cómo estas dos mininas se volteaban a todo lo que caminaba y menos si ese "todo lo que caminaba" eran dos pibitos con escasez de testosterona y más acné que ganas de vivir.

Imágenes mentales deplorables que ni siquiera daban lugar a un ratoneo como la gente.



En fin, superado ese american pie infantiloide, parecía haber llegado el silencio cuando uno de los colectiveros se dispuso a pasar una película.

Genial! Algún estreno, pensé, algo que me distrajera un rato.

Pensé mal. "El hijo de la máscara" en español.

Perdón?? El hijo de la máscara???


EL HIJO DE LA MASCARA???





GUAT DE JEL, GUAT DE FAC?

Ni siquiera la máscara original. Ni siquiera un Jim Carrey como para zafar un poco.

En español, y sin sonido.

Nos querían entretener con imágenes de una película de mierda, como si fuéramos bebés con los teletubbies.

Dos horas con el televisor emitiendo pedorradas al estilo cine mudo del año 20...

Cuando por fin terminó la bazofia y faltando algunas horas para llegar a destino, entró en escena el tercer pseudo púber-freak estrellade la noche.

Bueno, si a ESO se lo podía llamar pseudo púber.

No se sabía qué demonios era.

Venía con su propia escolta de activistas de Greenpeace para tirarle agua y que no muriera en el viaje.

Era un doble de riesgo de Willy, la orca asesina.

Parecía que estaban por devolverlo al mar; era un ballenato varado regresando de un centro de rehabilitación y desintoxicación para cetáceos drogadictos y adictos al punchi punchi.

No se sabía si era hombre o mujer.
Su atuendo flogger no hizo más que reafirmar la duda.
Y del peinado mejor ni hablar.


(Agradecemos a los creativos de Disney Pixar la ilustración de arriba)

Este especímen marino estaba sentado casi al lado mío con su entrenadora/madre y cuando todo el colectivo estaba en pleno silencio, comenzó a desesperarse y a intentar llamar- bufido mediante- a sus parientes que todavía estaban a 400 km, esperándolo en las cálidas aguas grutenses.

Sí chicos, desde que se decretó la hora de "se dejan todos de joder y se duermen" hasta que llegamos, este chico o chica al que bautizamos Cumbio, se la pasó roncando como un hijo de re mil putas mal paridas.

Y no era un ronquidito estilo ppfffff ni rrrrrrrr ni ronc ronc; ni siquiera un aggguurr agurrrr.

Era una seguidilla de gruñidos y grititos dignos de king kong agarrándose los testículos con la punta del Empire State.

A veces después de un estruendo, callaba bruscamente,
momento en el que se escuchaba un AHHHHHHH generalizado de alivio, algunos aplausitos, algunos BIEN, SE CALLO!

Se murió la bestia, tiren el cadaver en la banquina y sigamos viaje!

Pero no, se nota que el muy sorete se quedaba sin aire unos segundos para volver con un ronquido recargado que hacía que ese micro fuera un vibrador gigante con sonoridad surcando las rutas rionegrinas, con sus pasajeros horrorizados y con los ojos como el dos de oro.




Y la pelotudita de Mala Pe preocupada, con sus gotitas nasales, pensando que ella iba a ser la roncadora oficial del omnibus. Naaaah!

Episodio dos
La insoportable levedad del acampante.

Llegamos a eso de las 7 de la mañana, un sol digno de cancún, un poco más devaluado, aunque igual de abrasador.

El Cumbio feliz, chocho, descansadito, pleno, fresco como una lechuga.

Nivel de humor de la comitiva malalechiana: INEXISTENTE.

Nos esperaba la tarea de encontrar camping, en plena explosión turística.

A pie y con todos los bártulos a cuestas.

QUÉ PASÓ?

Nada, obvio!

Todo lleno, todo ocupado, no hay lugar, no insista, no joda, no rompa, no lo vamos a recibir.

La mañana se nos pasó caminando de punta a punta la villa, a cuatro manos con el protector solar, pateándonos las ojeras producto de la noche sin dormir.

Con muuucho calor, con arena hasta en las orejas, por no decir hasta el culo.

Nivel de insolación de la comitiva malalechiana: ELEVADO.

Íbamos a estar sólo una noche y ni siquiera había lugar en un hotel o en un hostel.

No se cómo llegamos a un camping y después de esperar bastante , una copada que debe haberse compadecido de nuestras caras de prisioneros de guerra, nos encontró un lugarcito ínfimo.

EN DESNIVEL! CON UN ARBOLITO PUTO JUSTITO EN LA ENTRADA!



Nuestro penthouse marítimo.

Una vez instalados en nuestra mansión en desnivel, nos fuimos a descansar un rato a un comedor comunitario que había en las instalaciones del camping.

Estabamos muy panchos charlando, cuando de repente...

Sí, debajo de una baldosa floja apareció él/ella con toda su comitiva.

Sí señores, con ustedes directamente desde Sea World el increíble niño ballena roncador: Cumbio!

Nivel de desconcierto y horror de la comitiva malalechiana: Oh my god! No hay palabras para describirlo.

Ya habíamos levantado campamento como para huir despavoridos, pero no pudimos evitar horrorizarnos imaginando que también nos iba a cagar el sueño de esa noche.

La MALA LECHE se hizo carne en nosotros!

Para colmo teníamos que seguir viendo su carita de felicidad y relax.

Y no sólo eso.

El desagradable desayunaba doble.

Primero iba solito y se mandaba un sandwich asqueroso con chocolatada (SI, leyeron bien) y después iba con el resto de los freaks de la familia y se tomaba un tecito, bien livianito.

CUMBIO escondedor!

Gracias a todos los dioses marítimos, su carpa quedaba en otro sector del atiborrado camping.

De vecinos teníamos a la carpa de orgullo gay y a una pareja de artesanos muy despareja.
Ella era una especie de machi indígena con gorro de gnomo entrada en años y él, un pibito con rastas hata el suelo que no tendría más de 25 años. Se la pasaban comiendo yogurt con ensalada de fruta. Eran los hippies macrobióticos más adorables del mundo.

Hablando de comida; cuando quisimos almorzar... qué pasó?

No habíamos llevado cubiertos. De pedo un platito de plástico y un abrelatas.

Nivel de ingenio de la comitiva malalechiana: ELEVADÍSIMO

Primer almuerzo marítimo: Sandwich de atún finamente picado con una bijouterie de mi propiedad.

Con ustedes la imágen que revela todo:

Picando el atún con el dije de mi collar. Eso peludo que se ve no son mis piernas, eh?



UFFF me cansé de escribir!

Si quieren saber cómo termina esta "atrapante" historia malalechiana, no dejen de comentar, sugerir, adular y rogar... ;)

Lloren chicos, lloren!

Nos vemos en la próxima entrega.

Episodio 3 : Ese loco, loco recital. (Y alguna otra cosita más)
Espisodio 4 : Las vueltas de la vida. (Nunca fueron buenas)